martes, 19 de mayo de 2015

Historia de una maga negra

                                                 


                              Historia de una maga negra



Esta extraña historia ha llegado a nosotros de

una remota comarca y de una manera misteriosa;

no pretendemos ser otra cosa que meros

narradores. Y sólo en este sentido

responderemos ante el público y la crítica. Si

bien, de antemano, nos atrevemos a solicitar un

favor de nuestros lectores, y es que acepten como

un hecho, mientras lean esta historia, la teoría de

la reencarnación de las almas.

Mabel Collins



PREFACIO

Este libro ha sido titulado «Historia de una maga negra»,

porque en él se narran las luchas y los errores de una extraña

mujer que, habiendo sido maga negra, se esforzó, sin embargo,

grande pero ciegamente, en pertenecer a la Hermandad de la

Magia Blanca, estudiando y practicando el bien en lugar del

mal. Fleta, la heroína de esa lucha, quien en su inmediata

encarnación anterior adquirió por sí misma poderes egoístas,

se convirtió en una maga negra, empleando practicas ocultas

en provecho propio, para fines egoístas. La veremos en el primer

capítulo esforzándose en atraer hacia ella, por medio de sus

artes, al compañero de muchas de sus pasadas vidas… Y lo

hace porque así le atrae a la vez bajo la influencia de Iván

quien, perteneciendo a la Blanca Hermandad, había tendido

hacia ella su mano llena de profunda compasión. Su objetivo al

comenzar su gran obra ocultista es salvar a los demás,

especialmente a aquellos a quienes ella injuriara en otros

tiempos. ¡Pero por qué terribles experiencias atraviesa ella y

los que la rodean en sus tentativas! La veremos caer en sus

antiguas prácticas negras y en el uso de sus antiguos poderes,

como veremos a Horacio arrastrado por sus sentidos y sus

pasiones. Fleta olvida que la flor del Loto no puede florecer

sino en el propio espíritu; pero, lector, no juzgues a Fleta; no

juzgues sus relaciones con la Blanca Hermandad, mientras no

hayas presenciado el término de su agitada vida, en tanto no

hayas oído el eco de la voz de Iván, cuando dice: 


también aquí

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