sábado, 7 de marzo de 2015

Recogemos lo que sembramos


RECOGEMOS  LO  QUE  SEMBRAMOS

Apreciados amigos:
                            Hace unos días escribió una Señora amiga agradeciendo el envío de un importante tema que recibió,  manifestando que le había parecido muy bueno todo lo tratado en el texto, pero que resultaba imposible aplicarlo en su país donde impera la corrupción, el fraude, la mentira, etc., etc.,
                            Bien, le contesté de la mejor manera posible, haciendo notar que nada sucede en el mundo por casualidad, sino que todo es el resultado de causas pendientes que se manifiestan a su debido tiempo, todo lo cual es permitido por los Angeles del Destino, que son los Grandes Seres que guían nuestra evolución.
                            También le informé que la vida que todos vivimos es una bendita escuela de experiencias, donde cada día, vamos aprendiendo nuevas lecciones que nos hacen progresar en nuestro camino evolutivo.
                            Por lo tanto, es bueno analizar con calma, por ejemplo,  la manera de conducir los destinos de un país, por parte de nuestros gobernantes, que representan en verdad algo así como  un espejo en el que debemos mirarnos y no asombrarnos ni criticarlos nunca cuando advertimos por parte de ellos conductas inapropiadas, totalmente faltos de moral y de sensibilidad, al no hacer nada para aliviar el sufrimiento de tanta gente.        
                            Podemos igualmente observar en el mundo como los hombres violan de manera impune, las leyes físicas, pero, de acuerdo a las enseñanzas Rosacruces, sabemos que existen las Leyes Superiores como las de Causa y Efecto y de Consecuencia, de modo que todo lo que sembramos, ya sea bueno o no tanto, indefectiblemente lo cosecharemos en esta vida o en futuros Renacimientos.
                            Reconociendo esto como una verdad indiscutible, es  obvio que al notar las falencias de nuestros hermanos del mundo, no debemos sentir animadversión hacia ellos, sino más bien compasión sabiendo el destino que les aguarda, sino modifican previamente sus actitudes totalmente reñidas con los más altos principios de una perfecta convivencia humana.
                            Por último, le recomendaba muy especialmente a esta Señora    , que tratáramos en lo posible cada día de nuestras vidas, de orar por “nuestros hermanos extraviados” como los llamo, para que nuestro Padre los ilumine y puedan modificar sus vidas para su propio bien y para todos los que dependen de ellos y que Dios nuestro Señor nos ayude a todos para que podamos seguir adelante. 
Raúl.-

Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte.


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