martes, 27 de enero de 2015

Claves de la Enseñanza Rosacruz

 


Claves de la Enseñanza Rosacruz

Max Heindel en el “Concepto Rosacruz del Cosmos” dice que el examen de conciencia retrospectiva que se realiza diariamente cada noche “es quizás la enseñanza más importante de esta obra”… “Viviendo nuestro purgatorio aquí y ahora, avanzamos mucho más aprisa que lo que sería posible de otra manera”.

El autor de “La Imitación de Cristo” escribe que “mejor es el purgar ahora los pecados y cortar los vicios, que dejar el purgatorio para lo venidero.”

En “Iniciación Antigua y Moderna”, Max Heindel dice que “el hombre avanza únicamente mediante el sacrificio.”
Se entiende por “sacrificio” la ofrenda que se hace a una deidad en señal de reconocimiento.

El ejercicio retrospectivo tiene una correspondencia con el “Altar del Sacrificio” que estaba a la entrada del Tabernáculo; el confesionario de las Iglesias Católicas posee también esta cualidad.

En los tiempos de Moisés se le pedía a los Israelitas que sacrificara sus propiedades materiales a las que tenía a pego en el “Altar de los Holocaustos”, esto es: corderos, ovejas, bueyes o machos cabríos.

Esta forma de expurgar los pecados es condenada por el profeta Isaías (Cap. I). Ahora la exigencia es el sacrificio de la naturaleza inferior, del yo inferior; para dar lugar al “maestro místico”, el Yo Superior o Dios Interno. Es este “Dios Interno” el que enciende el “fuego de la conciencia”, que inmola a la víctima, que transforma la inocencia en virtud y purifica los vehículos del ser humano permitiendo el acceso consciente al Ego.

Max Heindel descubre en San Pablo que el sendero de la cruz esta simbolizado en el arreglo de los distintos elementos del “Tabernáculo en el Desierto”, es decir, “la sombra de los bienes venideros”.

El apóstol Pablo se encuentra en la misma línea que el profeta Isaías cuando dice en Hebreos 10:4 que la sangre de los toros y los machos cabríos no pueden quitar los pecados, y más adelante (H.10:22) “Lleguemos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de  mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia.” (Simbolizado el lavabo de Bronce)
Citando a Ángelus Silesius, Max Heindel nos enseña que el simbolismo de la cruz es el sacrificio de la naturaleza inferior.

“La Cruz del Gólgota contemplarás en vano, mientras que dentro de ti mismo no se levante”.
El ser humano de pie, con los brazos extendidos horizontalmente, tiene la forma de la cruz, y su centro es el corazón, sede del Espíritu de Vida, donde se encuentra el átomo-simiente del cuerpo físico y los registros de todos los acontecimientos vividos. (ver: “panorama de la vida pasada”)
Cuando el ser humano separa sus pies se encuentra figurando simbólicamente la estrella pentagonal, señalada por los cinco centros: 2 en los pies, 2 en las manos y la coronilla.
“La Estrella dorada, dice nuestro servicio de curación, representa el Manto Dorado Nupcial que es tejido mediante una vida pura.”

Significativamente “La Estrella Pentalfa” era el símbolo de reconocimiento entre los miembros de la comunidad pitagórica.

Recordemos que Pitágoras en los “Versos Áureos” recomendaba el ejercicio retrospectivo nocturno como medio de purificación previo a la iniciación.

El historiador  Josefo dice que “Los llamados esenios practicaban un género de vida conforme a los principios de Pitágoras.” Josefo había sido en un tiempo miembro de la Orden Esenia.
En Palestina, antes de la predicación de Cristo, existía ya la confraternidad de los esenios o Taciturnos, cuya sala de reunión, dependencia del templo de Jerusalén, era llamada Hassa’im, “sala de los silenciosos”.

Esta dependencia o sala del templo puede muy bien asociarse simbólicamente al corazón, donde se efectúa la operación del “Lavado de los Pecados”. Hay un aforismo que dice: “todo lo exterior es interior”.

M. Heindel escribe en el “Concepto R.C.” que “Jesús fue educado por los Esenios y alcanzó con ellos un elevado grado de desarrollo espiritual durante los treinta años en que usó su cuerpo.”

Plinio dice que los Esenios “son gente solitaria y muy superior al resto de la humanidad. Viven sin mujeres y han renunciado al comercio con Venus. Los esenios renunciaban también a las riquezas y comían solo los alimentos más simples.” Estaban convencidos de que la fraternidad humana es la relación natural de los hombres. Estudiaban las raíces medicinales y las propiedades de las piedras. Poseían el don de la predicción del futuro. Vestían siempre de blanco. (Para los pitagóricos el blanco es vida y el negro: muerte).

Filón dice que los Esenios se habían reunido a causa de su “celo por la virtud y por la pasión de su amor a la humanidad.”

“Parece obvio –observa E. Wilson- que la tradición monástica de los cristianos derivó en última instancia de los esenios, y siempre ha existido la teoría de que Jesús fue originalmente un miembro de la Orden.”

De la misma manera que en la comunidad pitagórica había una enseñanza exotérica y otra esotérica, el candidato que solicitaba ser miembro de la orden, debía pasar un período de prueba de por lo menos dos años, antes de ser admitido y prestar juramento.

Los estudiantes de las enseñanzas Rosacruces diseminadas por Max Heindel tienen a su disposición el acceso a la Filosofía Rosacruz Cristina y esotérica. Los probacionistas tienen la posibilidad de vivir estas enseñanzas, es decir, llevarlas a la práctica; a las puertas del discipulado el candidato debe haber hecho el trabajo de purificación consciente, convirtiéndose de inocente en virtuoso.

Platón decía que “la libertad está en ser dueño de la vida propia, en no depender de nadie en ninguna ocasión, en subordinar la vida sólo a la propia voluntad y en no hacer caso de la riqueza.”

En “Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas”, Tomo 1, N° 180, le preguntan a M. Heindel ¿Qué se entiende por el término Maestro?, él responde: “En el lejano Este, el discípulo que aspira a la vida superior busca a un Maestro, y se ata de pies y manos…”. Pero aquí en Occidente, dicho método sería considerado como degradante, porque hemos llegado a un grado de individualidad que sólo podemos adelantar mediante la acción que surge del interior”.

Max Heindel menciona a lo largo de su obra a muchos autores, algunos grandes iniciados, como Pitágoras o Platón, otros fueron inspirados por el creador de la Orden Rosacruz, o por alguno de los Hermanos Mayores.

Siempre que ahondamos en las enseñanzas u obras de alguno de los autores citados nos hemos enriquecido espiritualmente y hemos constatado un hilo invisible que une las enseñanzas. Así por ejemplo, Shakespeare, Goethe, Jacobo Boehme, Paracelso, R. Wagner… etc.

Los aportes de Boehme, “el zapatero iluminado”, sobre “el Ungrund”, la Raíz inefable de toda existencia, y sobre la Androgeneidad del ser Humano, son muy importantes (interpretadas y difundidas por Nicolás Berdiaev). El concepto de libertad increada enlaza muy bien con el de Epigénesis. No hay Epigénesis sin libertad.

Heindel cita de Goethe: “el hombre se libera de todos los poderes que encadenan al mundo, cuando adquiere dominio de sí mismo.”

En el poema “Misterios” de Goethe aparece por primera vez en la literatura La Guirnalda de rosas asociada a la Cruz.

Trata de un Hermano Markus quien después de viajes largos y difíciles, llega a una estructura en forma de claustro. Ve un símbolo sobre su portal:

A continuación siguen las estrofas que tratan del Emblema.

“Ve el magnífico Emblema en el claustro erigido,
que es para todo el mundo esperanza y consuelo.
Con el que están en deuda tantos miles de espíritus.
Ante el cual han orado miles de corazones.
El que al poder amargo de la muerte, ha vencido,
el que ondea sobre tantas victoriosas banderas.
Torrente refrescante, da descanso a sus miembros;
mira la Cruz y baja sus ojos reverente.
El poder que fue en ella de curación la fuente,
es sentido de nuevo. Siente la fe del Mundo.
Otro significado, enteramente nuevo,
compenetra su espíritu, cuando le es presentado
aquel antiguo emblema que contempla sus ojos.
Allí la Cruz se eleva, circundada de Rosas.
¿Quién añadió las Rosas que a la Cruz engalanan?”

Goethe ve en el emblema “Otro significado, enteramente nuevo”, y esto ocurre a la toma de conciencia de que al simbolismo de la Cruz se sumaba el de la Rosa.

El poder convocatorio que se desprende al leer sobre las imágenes sugeridas por el Emblema es de tal magnitud que nos deja sin palabras y solo deseamos tener la capacidad para incorporarlas a nuestra alma.

Las Rosas rojas, dice M. Heindel, representan la sangre purificada. En “Principios Ocultos de la Salud y la Curación”, escribe: “la única parte del cuerpo que es realmente nuestra es la sangre, y en la  misma medida en que podamos controlar toda nuestra sangre, puede el Ego expresarse por intermedio del cuerpo”.

Para Frederic Portal (alquimista francés) “La rosa y su color eran los símbolos del primer grado de regeneración y de iniciación en los misterios.”

Fulcanelli escribe que “la rosa roja es la firma reservada a los iniciados de la orden superior o Rosa Cruz.”

En el Cristianismo la Rosa simboliza la Transformación de la sangre de Cristo, una representación del “Sagrado Corazón” muestra las gotas de sangre emanada que se van convirtiendo en Rosas. También es conocida la imagen de la rosa representando una copa o cáliz que recoge la sangre del Salvador. La leyenda del Grial recopila esta tradición.

Ángelus Silesius ve en la Rosa la imagen del Alma, también la de Cristo, de quien el Alma recibe la impronta.

Louis Charbonneau-Lassay (arqueólogo francés), estudioso sobre el simbolismo del Sagrado Corazón de Jesús, describe “un hierro para hostias, del siglo XII, donde se ve La Sangre de las llagas del crucificado caer en gotitas que se transforman en rosas, y el vitral del siglo XIII de la Catedral de Angers, donde la sangre divina, fluyendo en arroyuelos, se expande también en forma de rosas.”

En el capítulo “La sangre de color rosado y la rosa”, Carl Gustav Jung dice “El paralelo Cristo-Lapis fue presumiblemente el puente a través del cual se introdujo en la alquimia la mística de la rosa. Esta se puso de manifiesto primeramente en el empleo de las expresiones Rosarium y Rosarius (el jardín de las rosas). Más adelante Jung cita un texto de Mechthild von Magdeburg. (El Señor le dijo): “¡Mira mi corazón y ve!” Una bellísima rosa de cinco pétalos cubría el pecho del Señor y él dijo: “Glorifícame en mis cinco sentidos, que son manifestados por la rosa.”

Luego de citar a Dante y los “fedeli d’amore”, a San Bernardo, a Dorneus y otros, Jung cita el poema de Goethe: “En la segunda mitad del siglo XVI nos encontramos en vísperas de la aparición de los rosacruces, cuyo lema –per crucem ad rosam- ya comienza a perfilarse. Goethe en su poema ‘Die Geheimnissen’  (Misterios), ha caracterizado muy acertadamente el temple de ánimo de este Eros”.

Por un lado tenemos la asociación de la rosa con la sangre y el corazón; por otro, tenemos la incorporación de la rosa a la cruz cristiana.

M. Heindel en “Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas”, Tomo II, N° 142 dice que Christian Rosenkreuz, en tiempos de Cristo, encarnado en Lázaro (v. Evangelios de San Juan, cap. XI) “se convirtió en un cristiano encargado de explicar los misterios de la Cruz, y como símbolo de este misterio la Rosa fue agregada…” “La Rosa es el emblema del misterio de la Cruz porque ella explica el sendero de la castidad.”

La Rosa solo puede florecer en un cuerpo regenerado y purificado, en un cuerpo de blancura inmaculada; por eso la Cruz de la “Fraternidad Rosacruz” es blanca con la guirnalda de Siete Rosas Rojas y una Rosa Blanca en su centro.

Una cruz negra no corresponde con este simbolismo.

El triunfo de Cristo no se halla en la muerte en la Cruz, sino en la Resurrección en un cuerpo inmortal, en el “cuerpo del alma”.

Una parte nuestra debe “morir”, por así decirlo, para dar paso al “Hombre Nuevo”.

Existe la necesidad de someter el “falso yo”  la voluntad del Yo superior.

Pero, no se despierta conciencia sin dolor. “El sufrimiento que nos viene es necesario, dice M. Heindel, para enseñarnos una lección o para mejorar nuestro carácter. La única manera de acortar tal sufrimiento es por medio de un esfuerzo por comprender porque estamos en la condición que nos produce dolor.”

Raimundo Lulio escribió “Cántico del Amigo y del Amado”.

El Amado es nuestro Señor Dios como creador, el Amigo es cualquier devoto y fiel cristiano:
“¿Y dime Amigo preguntó el Amado; tendrás paciencia si te doblo tus dolencias?”

Leemos en el “Concepto Rosacruz del Cosmos”: “Conforme vamos adquiriendo mayor desarrollo, aprendemos a dar la bienvenida a todas las cosas con ecuanimidad, viendo en todo dolor el resultado del mal pasado y sintiéndonos gozosos de haber pagado las obligaciones en que habíamos incurrido, sabiendo que nos queda menos por delante y que el día de la liberación de la rueda de nacimientos y muertes se acerca.”

Según C. G. Jung “solo tiene efectos curativos lo que libera al hombre de su carácter de prisionero del yo y lo lleva más allá de sí mismo.” (el Yo Superior o Ego)
“Cada uno de nosotros es u Cristo en formación, dice M. Heindel, y pasará algún día por el nacimiento místico y la mística muerte.”

Ángelus Silesius escribe: “La muerte de la que no florece una vida nueva: de esa huye mi alma de entre todas las muertes.”

El florecimiento permite visualizar el milagro de la Luz y el Amor.

“Los ojos no podrían ver el Sol, si no fuera un Sol en cierto modo” dice Plotino.

La Cruz crea el ojo que pueda verla.

“La Flor de Oro es la Luz”. La flor es una imagen arquetípica del Alma.

“Los que quieren seguir la luz han de batallar por el desarrollo del Alma” leemos en “Recolecciones de un Místico”.

El Apóstol Pablo en Efesios VI, nos enseña cómo prepararnos para la batalla contra las fuerzas que nos llevan al mal obrar.

“Vestíos de toda Armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas de diablo.”

“Vestíos de la cota de justicia.”

“Escudo de la fe.”

“Yelmo de salud y la espada del Espíritu.”

La Armadura protectora es la luz blanca de Cristo:

“Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve” – Marcos 9:3

“Y se transfiguró delante de ellos; y resplandeció su rostro como el Sol, y sus vestidos fueron blancos como la luz.” Mt. 17:2

Maestro Eckart dice: “Dios espera una sola cosa de ti; que salgas de ti mismo en cuanto eres un ser creado y dejes a Dios ser Dios en ti.”



Bernardo Chiesi  


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Agradecemos al Sr. Alejandro Cora, por este envío.


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