lunes, 3 de diciembre de 2012

El Miedo Es Como La Oscuridad





El Miedo Es Como La Oscuridad

Qué puedes hacer directamente acerca de la oscuridad?
No puedes librarte de ella, no puedes expulsarla, no puedes hacerla pasar. No hay manera de relacionarse.
Con la oscuridad sin introducir la luz.
El camino hacia la oscuridad pasa por la luz.
Si quieres oscuridad, apaga la luz: si no quieres oscuridad. Enciende la luz.
Pero tendrás que hacer algo con la luz, en absoluto con la oscuridad.

¿Por qué le tengo miedo a las mujeres?
No es personal, es algo casi universal.
Todos los hombres le tienen miedo a las mujeres, y todas las mujeres le tienen miedo a los hombres...
Porque todas las personas le temen al amor.

El temor es al amor, de ahí que el hombre tema a la mujer ya que es objeto de amor, y las mujeres le temen a los hombres 
porque son su objeto de amor.
Tememos al amor porque el amor es una muerte pequeña. El amor requiere que nos entreguemos, algo que no queremos hacer. 
Nos gustaría que el otro se entregara, nos gustaría que el otro fuera el esclavo. Pero la otra parte desea lo mismo: el hombre quiere que 
la mujer sea una esclava; y por supuesto la mujer también quiere lo mismo, el mismo deseo está ahí presente. Sus métodos para 
esclavizarse pueden ser diferentes, pero el deseo es el mismo.

Todos los miedos se pueden reducir a un miedo: el miedo a la muerte, el miedo de que: «un día quizá tenga que desaparecer, 
un día quizá tenga que morir. Soy. Y se acerca el día en que no seré».
Eso asusta, ese es el miedo.

Para evitar ese miedo empezamos a movernos de tal manera que podamos vivir todo lo que nos sea posible. E intentamos 
asegurar nuestras vidas... empezamos a transigir, empezamos a volvernos más seguros, debido al miedo. Nos paralizarnos, 
porque cuanto más seguros estamos, más a salvo nos encontramos, y menos vivos estaremos.

Entonces, debido al miedo a la muerte, luchamos por alcanzar seguridad, un buen saldo en el banco, pólizas de seguro, un 
matrimonio, una vida asentada, un hogar; nos volvemos parte de un país, nos apuntamos a un partido político, nos incorporamos 
a una iglesia... nos volvemos hindúes, cristianos, mahometanos. Todos estos son caminos para encontrar seguridad, un sitio 
al que pertenecer: un país, una iglesia. Debido a este miedo, los políticos y sacerdotes siguen explotándoos. Si no tuvierais ningún 
miedo, ningún político o sacerdote podría explotaros. Es solo por el temor que os pueden explotar, porque pueden proporcionaros, 
al menos pueden prometeros, que eso os hará seguros: «Esta será vuestra seguridad. Os lo garantizo». Quizá que nunca cumplan... 
eso ya es otra cosa, pero la promesa... Y la promesa mantiene explotada y oprimida a la gente. La promesa 
mantiene a las persona en servidumbre.

«¿De qué está compuesto el miedo?».

El miedo está compuesto de ignorancia del propio yo. Solo existe un miedo: se manifiesta de muchas maneras, de mil y 
una formas, pero básicamente el miedo es uno, y ese es que «en lo más hondo, existe la posibilidad de que yo no sea».
Y en cierto sentido es verdad que no sois.
El coraje significa entrar en lo desconocido a pesar de todos los miedos.
El coraje no significa la falta de miedo.

La falta de miedo tiene lugar si sigues siendo cada vez más valeroso. La falta de miedo es la experiencia última del coraje; 
representa la fragancia cuando el coraje se ha vuelto absoluto. Pero al comienzo no existe mucha diferencia entre la persona 
cobarde y la valerosa. La única diferencia es que el cobarde escucha a sus miedos y les hace caso, y la persona 
valerosa los hace a un lado y sigue adelante.
La persona valerosa se adentra en lo desconocido a pesar de todos los miedos. Los conoce, sabe que están ahí.
Habéis exagerado vuestros miedos.
Míralos fijamente, y al hacerlo empezarán a empequeñecerse.
Nunca los has mirado, has estado escapando de ellos.
Has estado creando protecciones contra ellos en vez de mirarlos directamente a los ojos. No hay nada que temer: 
lo único que necesitas es un poco más de consciencia. Sea cual fuere tu temor, agárralo, míralo con fijeza, tal 
como haría un científico con una cosa. Y te sorprenderá, ya que empezará a derretirse como un copo de nieve. 
Cuando hayas mirado su totalidad, habrá desaparecido.
Y cuando tengas libertad sin ningún temor, sentirás una bendición que no se puede expresar con palabras.

El miedo aceptado se convierte en libertad; el miedo negado, rechazado, condenado, se convierte en culpabilidad.
Si aceptas el temor como parte de la situación... Es parte de la situación. El hombre es una parte muy pequeña, diminuta, 
y el todo es vasto: una gota, una gota muy pequeña, y el todo es todo el océano. Surge un temblor: 
«Puede que me pierda en el todo; podría perder mi identidad». Ese es el miedo a la muerte. Todos los temores 
son el temor a la muerte. Y el miedo a la muerte es el miedo a la aniquilación.

Un hombre que vive con miedo siempre está temblando por dentro.
Continuamente está a punto de volverse loco, porque la vida es grande, y si continuamente tienes miedo...
Y hay todo tipo de temores.
Puedes redactar una gran lista, y te sorprenderá ver cuántos miedos hay... ¡y aún sigues con vida!
Por doquier hay, infecciones, enfermedades, peligros, secuestros, terroristas... y la vida es tan pequeña.
Y por último está la muerte, que no puedes evitar.

Toda tu vida se tornará oscura.
¡Abandona el miedo! Inconscientemente asumiste el miedo en tu infancia; y ahora conscientemente lo vas a abandonar y a ser maduro.
Y entonces la vida podrá ser una luz que irá profundizándose a medida que creces.
(Tomado de OSHO - Libro de los celos,emociones y la ira)

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Agradecemos al Sr. Jesús G. Mujica, por este aporte.

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