martes, 8 de marzo de 2011

Conferencia Alexandra B. Porter en referencia al 11.09.01



¡Buenos días a todos!

Hoy, mi charla es titulada “Del Espíritu Viene La Luz ” y comenzare con una definición corta.

La palabra “Espíritu” posee muchos significados. ¡Me explico! Por ejemplo, la palabra “Espíritu” puede definirse como algo poderoso- pero aún, también, siendo sutil; un tipo de “esprit de corps” que resplandece desde un individuo o un grupo de individuos. Puede utilizarse para significar una entidad encarnada, alguien viviendo ahora en la tierra. Puede significar, también, una entidad descarnada, alguien quien ha hecho su transición y haya pasado a la próxima dimensión de vida. Y entre otras, la palabra “Espíritu” puede implicar algo que no podemos ver, pero aún, teniendo un efecto sobre las gentes, así como también sobre situaciones.

Sin embargo, como el objetivo primario de esta charla, vamos a ponernos de acuerdo que con la palabra “Espíritu” nosotros significamos un principio animador de todas las vidas. Vamos a ponernos todos de acuerdo, que este principio animador de todas las vidas tiene las siguientes características:

1. Emana desde la Gran Cabeza Cósmica de Dios mismo

2. Es Divino en el origen.

3. Satura todo lo que existe en todos lados y en todas partes del universo

4. Está presente en cada y toda forma de vida, ya sea esa forma animada o inanimada, y

5. Perméa a lo largo de todas partículas minúsculas de la materia

Adicional, vamos a ponernos de acuerdo que, desde el punto de vista de los términos de la iluminación, la luz que viene del espíritu fluye una corriente mediante cada situación en la cual cada uno de nosotros estámos intricados, en la compañía de otros o con nosotros mismos.

Ahora bien, terminando con esta corta definición de lo que se debe entender por la palabra “Espíritu,” paso a darles otro punto de referencia. La ciencia, hoy, nos dice que la energía viene del movimiento, y que el movimiento viene de la energía. Esto puede explicarse como se indica a continuación. Como muchos de ustedes ya saben, hay dos tipos, o sea, dos formas de energías; energía negativa y energía positiva. Cuando las cualidades de las energías negativas y positivas se encuentran, la unión crea un tipo de desasosiego. El resultado final de éste es el movimiento; el cual produce energía una vez más.

Quizás en este momento, esto pueda parecer, o aparecerles a ustedes, que tiene poco o nada que ver con los principios del espíritu e iluminación. Pero sin embargo, en ciertas situaciones, y en ciertos sucesos, la vitalidad que nosotros manifestamos es el resultado final de las cualidades de energía negativa y energía positiva, o las condiciones que nos llevan a una etapa en nuestras vidas en donde repentinamente podemos perder todo tipo de reconocimiento de la Luz del Espíritu.

La mayor, y mejor, instrucción en nuestras vidas así como también para nuestro desarrollo, vendrá directamente del cosmos como un tipo de revelaciones cósmicas del Espíritu. Cuando esto sucede una luz se enciende y como magia un velo se levanta, o sea se quita, de cualquier determinada condición dolorosa o cualquier determinado suceso de tensión en que nos encontremos.

Si no fuese por la Luz , nosotros no tuviésemos ningún reconocimiento o ninguna comprensión de qué constituye la oscuridad. Nosotros estaríamos tan acostumbrados a la ausencia de Luz, tan acostumbrados a lo que nosotros ahora llamamos la oscuridad, que no la llamaríamos por ningún nombre, en todo lo que se sugiere ser un contraste - desde el punto de vista de la Luz. Nosotros simplemente la llamaríamos la condición natural. Esto es lo que sucede cuando seguimos apegados, como de costumbre, a una situación cuya naturaleza es maléfica, una situación que es peligrosa para cualquier forma de vida, una situación que es un obstáculo o un riesgo para nuestra sociedad, o una condición en nuestras vidas que no es conducente a la buena salud, ya sea esta salud moral, legal, espiritual o física.

Estos son los modelos y patrones en nuestras vidas que crean la condición que llamamos apatía. Aún cuando el resultado es una conciencia culpable, cuando el acto nunca llega a ser publicado y nosotros no tenemos que reconocerlo, nosotros todavía sentimos el daño a nuestra pugna y honradez personal y batallamos para crecer, o sea salir, fuera del mismo. Y en ésta condición nosotros desatamos vía de dónde viene la Luz , y, por supuesto, de aquí en adelante somos incapaces de priorizar los sucesos importantes de nuestras vidas.

Cuando Miro hacia tras a un tiempo dado, cuando ésta energía de la Luz del Espíritu se puso en movimiento en mi propia vida, yo pienso en mi último natalicio. Pienso de lo que tuvo lugar durante ese día. Todavía de mayor importancia, pienso de cómo Dios derramo Luz sobre mi vida, ese día. Quizás ustedes ya se hayan dado cuenta, pero lo cierto es que para la mayoría de nosotros, la fuerza del Espíritu en su totalidad es incomprensible a nuestras mentes limitadas. Pero, ese día, en mi cumpleaños, para ayudarme a tener por lo menos un rastro de conocimiento parcial de lo que tuvo lugar, La Luz Divina de la fuerza del Espíritu me trajo claridad y comprensión,

EL DÍA DE MI CUMPLEAÑOS

En el momento de escribir las palabras del suceso que sigue, hacían sólo unas horas que me había convertido en un terrícola un año más vieja. Mi día de nacimiento es el 11 de Septiembre. Y, en el 2001, en ese mismos día, en los coordinantes de ese punto del universo que llamamos Los Estados Unidos acababan de ser sacudidos por un horror indescriptible.

Al regresar del trabajo a casa, esa noche, mi reacción inmediata ha sido la de ir a un espacio privado que tengo en mi habitación y empezar a rezar, internamente, por seis miembros de mi familia que yo estaba segura de que habían muerto, y por otros diez quienes vivían y trabajaban en las inmediaciones del lugar del trágico y brutal ataque terrorista contra los Estados Unidos.

En el espacio privado de mi habitación donde rezo, y en la privacidad de la habitación de mi ser interno, he pedido, en silencio, que se derramase la luz sobre nuestras vidas. Recuerdo que en ese momento yo quería conocer el meollo del esquema de las cosas. Entonces, al enfocar mi mirada en el emblema de La Cruz con sus rosas, durante un fugaz instante, he visto el cuerpo de Jesucristo presidiendo un coro de ángeles. Éstos, lo mismo que Él, llevaban vestiduras que semejaban hechas de lino brillante. Era un vestido blanco eléctrico, no ajustado pero que parecía delinear lo que estoy acostumbrada a considerar una forma física humana.

Allí, de pie sobre la base de los escombros, cerca de y rodeando las dos Torres Gemelas de Nueva York, habían treinta y dos ángeles, más Jesucristo. De repente noté, o sea he visto que, por delante del corazón de Éste, brotaba una hebra trenzada con hilos dorados. Desde mi punto de referencia, ésta hebra trenzada de hilos dorados parecía penetrar en el corazón de cada ángel, traspasando por atrás, y por la parte frontal del mismo. Penetraba individualmente en el corazón de cada ángel dejando entre medio un espacio de unos seis o ocho pies, creando así una cadena angélica con una longitud de varias millas de hilo dorado trenzado.

No fui capaz de ver sus manos, pero cada ángel estaba sujeto a la hebra trenzada de hilos dorados, a unas cuantas pulgadas de la salida por la parte frontal del corazón. Parecía casi como si alguien o algo agitase la hebra dorada con manos invisibles enfrente de cada ángel. He visto que, cuando un ángel hacía un movimiento con su porción de hebra dorada, un determinado número de Almas Celestiales se elevaba de los cuerpos muertos que habían encima, debajo, dentro y entre los escombros.

visto también cómo cada ángel saludaba a cada Alma como si se tratase de un miembro de su familia. Los he oído luego susurrar: “el padre de”, “la madre de”, “el hijo de”, “la hija de”, “el hermano de”, “el tío de”, etcétera. Cada alma, tras haber sido identificada, se prendía a la hebra dorada frente al ángel correspondiente.

Cuando todas las Almas Celestiales han sido extraídas de la zona, Jesucristo ha empezado a caminar hacia delante y todos le han seguido en fila. Aunque he sido incapaz de ver sus pies, he tenido la clara impresión de que caminaban hacia arriba, como si subieran o escalaran una colina muy empinada. Dentro de unos segundos, literalmente, miles y miles de Almas Celestiales habían alcanzado el cielo. Cuando, hacia el final de la fila, he reconocido a doce de los miembros de mi familia entrando en los cielos, he comprobando así que ellos también estaban conectados a la hebra trenzada de hilos dorados. Con todo el dolor que sentí en ese instante no sé lo que pasó pero la última cosa que recuerdo es que vi y he oído derrumbarse las Torres Gemelas.

Quizás algunos de ustedes se estén preguntando: ¿Cómo sucedió todo esto? Y ¿Qué quiere decir todo esto? Pues créame que yo también me hice esas preguntas. Estas son mis respuestas.

¿CÓMO SUCEDIÓ TODO ESTO?

**** Lógicamente, mi cuerpo físico estaba en el mundo físico, el cual es uno de las siete subdivisiones del séptimo plano. Desde ahí me salí de mi cuerpo y fui a la subdivisión del mismo plano cósmico llamado el mundo del pensamiento. Fue allí donde jugueteaba con la idea de que los miembros de mi familia estaban muertos. Luego pase, o sea llegue, al segundo plano cósmico donde tuve la visión estando despierta. Fue aquí donde me di cuenta y donde fui capaz de confirmar que los miembros de mi familia habían hecho la transición a los otros planos de vida. Esto quiere decir que yo estaba consciente que aunque mis cuerpos estaban en diferentes planos, éstos estaban bien alineado o en armonía.

Todo esto, o sea la visión que experimenté, fue como mirar la grabación de una parte de una historia de años atrás, o sea una historia cinematográfica - La película de algo que ya había pasado. Tuve el gran honor de ver lo que sucedió en los planos antes mencionados. Vi lo que tuvo lugar allí antes de lo que sucedió en el mundo físico. El derrumbamiento de las Torres Gemelas fue el fin de la película.

También estaba mirando la orquestación de la película. Cuando algo pasa en el plano físico es porque ya sucedió en los planos más altos. La hora física es solo un punto de referencia para los humanos. Para que algo se manifieste en el mundo físico ese algo tiene que estar completo y en armonía con los otros mundos y ya haber sucedido en los planos altos.

Por lo tanto, el evento sucedió en el segundo plano cósmico y el derrumbamiento de las Torres Gemelas fue el final de la película.

¿QUE QUIERE DECIR TODO ESTO?

****Para mí, esta experiencia ilustra y demuestra la idea de que:

1. Nunca estamos solos, nunca. Jesucristo está siempre con nosotros.

2. Para aquellas víctimas, la muerte física tuvo lugar antes del ataque terrorista. Quizás eso sea lo que ocurra con todas las muertes físicas. Y

3. En este plano físico, estamos conectados por la clase de relación que nos creamos nosotros mismos.. Pero, en el plano espiritual somos uno, somos uno conectados por una larga hebra trenzada de hilos dorados. Nos identificamos como “el padre de”, “la madre de”, “el hermano de”, “la hermana de”, “el tío, la tía, el sobrino, la sobrina de” o, simplemente “el amigo de” alguien. Pero, lo más importante: somos ciudadanos de un punto del espacio en el universo.

Los que perecieron con los miembros de mi familia, el 11 de Septiembre de 2001, no eran exclusivamente americanos. Muchos eran ciudadanos de otros países distintos de los Estados Unidos. Países como: Afganistán, Israel, India, África, La Republica Dominicana , y sí de Italia, me consta que de este país conozco a doce. Algunas de estas gentes estaban aquí legalmente desempeñando una tarea para sus propios países. Eran, simplemente, “la madre, el padre, el hermano, la hermana, el primo o simplemente el amigo” de alguien. El hecho de que no los hayamos conocido no significa que no estuviéramos relacionados con ellos. Esto sólo significa que hemos de profundizar mucho más adentro de nuestros seres en la investigación de esa hebra de hilo de oro trenzado.

Desde aquel brutal ataque terrorista, he recibido cientos de cartas y correos electrónicos de todo el mundo, expresando su condolencia y solidaridad. Ha sido interesante comprobar que todos describían la intensa emoción que yo experimenté el día de mi cumpleaños, el 11 de Septiembre de 2001. Vuestras cartas resonaron al unísono con el hecho de que todos somos ciudadanos del mundo. Muchos de ellos me aseguraban haber incluido a las víctimas, a sus parientes, y a sus amigos, y hasta toda la humanidad en vuestras oraciones. Mientras muchos otros comentaban acerca del atrevimiento de lo que sucedió, en este aspecto, en nuestro planeta. La gran profundidad de cada uno de los que me escribieron me dice que aún tenemos esperanza para todos.

Las expresiones de preocupación de cada uno de los que me escribieron, el genuinos amor. que mostraban, los amables, sinceros, y cariñosos buenos deseos que brindaban, tanto en el ámbito personal como colectivo, claramente me dice que todos los que escribieron están “Hollando el Sendero” y que sus Almas están armonizadas con todas las de los que perecieron el día de mi cumpleaños, 11 de Septiembre de 2001.

Ahora, como una nota final quisiera terminar esta charla con uno de mis dichos favoritos,, y mi explicación del mismo, de un hombre llamado Walt Whitman, quien dijo, hace varios años atrás, y cito: “Dejad que su Alma se mantenga calmadamente parada en un tipo de sosiego antes de unos millones de universos.”

En mi humilde opinión, yo pienso, que lo que él realmente estaba diciendo era lo siguiente. Que cuando nosotros nos orientamos y enfocamos nuestro conocimiento en el poder infinito de la Luz que viene del Espíritu, y las dimensiones espirituales infinitas de la vida, es posible para nosotros estar estable y compuesto internamente, sin considerar lo que las circunstancias de afuera nos muestren o lo que las mismas realmente puedan exhibir; igual que algo que pudiese inspirar tanto pavor como sería el enfrentamiento con unos millones de universos.

En mi vida propia, he encontrado que esto es perfectamente cierto. Lo he experimentado en diferentes situaciones, y por supuesto, con variantes grados de éxito. Así como el imán mismo, la Luz que viene del Espíritu y su poder y sapiencia infinita son misteriosos para todos nosotros. De su magnitud infinita, nosotros conocemos solo una fracción minúscula de todo lo que se puede saber de ella.

Pero vamos, o sea debemos darnos el lujo de buscarla. Debemos observar su presencia en nuestras vidas de modo que podríamos estudiarla. Debemos continuar utilizando todo lo que sabemos sobre ella. Y más que todo, debemos estar dispuestos, marquen mis palabras por favor, debemos estar disponibles y dispuestos porque para todos y cada uno de nosotros, el día de una gran revelación Cósmica del Espíritu vendrá seguramente.

Esto concluye mi charla. Gracias, muy bondadosamente, por sus ¡Divinas presencias! Espero que la Luz que viene del Espíritu esté con cada uno de ustedes éste día y siempre – Que Dios los siga iluminado

Alexandra B. Porter


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